Descubre Ilha Grande, una isla brasileña rica en biodiversidad y sin vehículos motorizados, famosa por sus playas vírgenes, montañas y cascadas, protegida por parques estatales y conocida por su pasado histórico y natural.
Descubre Ilha Grande, una isla brasileña rica en biodiversidad y sin vehículos motorizados, famosa por sus playas vírgenes, montañas y cascadas, protegida por parques estatales y conocida por su pasado histórico y natural.
Ilha Grande, situada en la bahía homónima, es una de las mayores atracciones turísticas del sudeste de Brasil. Con una extensión de 1,125 km², esta isla abarca 193 km² de exuberante Mata Atlántica, salpicada de montañas y cascadas. La biodiversidad de Ilha Grande le ha valido el título de santuario ecológico, protegido en gran medida gracias a la histórica prisión que disuadió la especulación y el turismo durante años.
Con el cierre de la prisión, se implementaron diversas medidas de protección ambiental, incluyendo la creación del Parque Estatal de Ilha Grande, que abarca 56 km². En la isla, no se permite la circulación de vehículos con motores de combustión interna, lo que contribuye a preservar su entorno natural. Los visitantes deben dejar sus vehículos en el continente, ya sea en Mangaratiba, a 111 km de la capital del estado, o en Angra dos Reis, a 168 km de Río de Janeiro, desde donde parten los barcos hacia la isla.
El acceso a las numerosas playas y puntos de interés se realiza mediante embarcaciones o a través de bien señalizados senderos, que permiten recorrer los 155 km de perímetro costero de la isla. Entre las formaciones geográficas más peculiares de la costa de Ilha Grande se encuentran las "abras", pequeños golfos que ofrecen un refugio seguro para las embarcaciones.
El asentamiento principal de la isla, Vila do Abraão, fue bautizado así debido a su importancia histórica como puerto principal durante la época del descubrimiento. Hoy en día, Vila do Abraão es el centro de servicios e infraestructura, y desde aquí parten numerosos barcos hacia playas cercanas como la Lagoa Azul, famosa por sus aguas cristalinas y coloridos peces, y para excursiones más largas como la visita a la espectacular Gruta do Acaiá, iluminada de forma natural.
Ilha Grande ofrece a los visitantes la posibilidad de explorar diversos puntos de interés a través de sus senderos. Entre ellos se encuentran las ruinas del Lazareto, un antiguo centro de cuarentena para inmigrantes del siglo XIX, el acueducto construido en 1893 para suministrar agua al Lazareto, y el Pico do Papagaio, una montaña de 982 metros de altura.
Las playas de Ilha Grande son otro de sus grandes atractivos. Lopes Mendes, con sus 3 km de arena blanca y fina, es muy popular entre los surfistas, aunque sus aguas poco profundas y claras la hacen ideal para todos los visitantes. Otra playa destacada es Cachadaço, pequeña pero protegida, que cuenta con una piscina natural de aguas tranquilas y claras. Parnaioca, con su impresionante entorno natural, es famosa por los restos de un naufragio que atrae a los buceadores. Provetá, cerca de la Cueva do Acaiá, es una colonia pesquera con aguas cálidas y transparentes que enamoran a sus visitantes.
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